La construcción teórica y la experimentación se influyen mutuamente. Por un lado, los descubrimientos empíricos dan lugar a definir nuevos conceptos teóricos y por otro los datos empíricos registrados son interpretados a la luz de la teoría. Esta recíproca implicación se puso de manifiesto cuando comentamos la obra de Newton «Principios Matemáticos de Filosofía Natural», que combina datos astronómicos y operaciones geométricas, dando a los datos numéricos un significado dentro de la mecánica celeste.
«Por consiguiente, la geometría está basada en la práctica mecánica, no es sino aquella parte de la mecánica universal que propone y demuestra con exactitud el arte de medir. Pero como las artes manuales se emplean principalmente en el movimiento de los cuerpos, resulta que la geometría se refiere habitualmente a la magnitud, y la mecánica a su movimiento».
Newton, I. (2010): 6. Newton, I. (2010): Principios matemáticos de la filosofía natural. Eloy Rada García. Alianza Editorial. Madrid
La descripción de los movimientos de los planetas, es decir, el problema mecánico sirvió de orientación a Newton para encontrar la construcción geométrica capaz de describir con precisión el movimiento, encontrando el lenguaje preciso que hizo comprensible tales movimientos.
Trascurridos dos siglos desde la ley newtoniana, los comienzos de la investigación física del átomo retornó al modelo planetario, pero ahora, bajo una representación visual encaminada a describir la estructura atómica de la materia.
La evolución histórica de este modelo manifiesta su adaptación a los datos experimentales que se obtienen al paso de los nuevos descubrimientos. Con ello, se tiene una muestra evidente del proceso que siguió la investigación física a través de las nuevas versiones del modelo surgidas por exigencia de los datos empíricos. Estamos ante un caso especialmente notable porque, en cierta etapa del desarrollo, confluyen las leyes de la mecánica clásica y las nuevas teorías cuánticas. En el proceso de construcción del «modelo atómico», las imágenes son útiles para realizar una interpretación correcta de los resultados experimentales, mostrando, una vez más, el papel de los símbolos en la elaboración de las teorías físicas.

