De hecho, se impuso su sentido pragmático y sin aclarar la presunta realidad de las líneas de fuerza acabó construyendo la «Teoría del Campo Electromagnético», prevaleciendo así el valor simbólico sobre el ontológico.
Aún así, será ilustrativo seguir el curso de sus pesquisas. Por una parte, Maxwell no pierde de vista que la validez de sus deducciones está supeditada al modelo ideal que ha construido; sabe que se trata de «especulaciones» por lo que aún no ha conseguido el objetivo inicialmente planteado, es decir la investigación de la naturaleza física de las líneas de fuerza, anunciada en On Physical Lines of Force. Por otra parte, debe indagar qué principios físicos rigen ese comportamiento del fluido. Se pregunta por las causas mecánicas que producen el movimiento de rotación de los «vórtices», cuya «velocidad circular» debe ser proporcional a la intensidad de la fuerza magnética y cuya «densidad» mide la capacidad del medio para reaccionar a la inducción magnética. En esta circunstancia, reconoce abiertamente que aún no ha dado respuesta a las preguntas sobre la naturaleza «real» (es decir, física) del medio:
«Aún no hemos dado respuestas a las cuestiones, ¿cómo se ponen en rotación los vórtices? y ¿por qué están distribuidos conforme a las leyes conocidas de las líneas de fuerza sobre barras magnéticas y sobre corrientes?»
Maxwell, J. C. (2003): vol. 1, pp. 467-8. The Scientific Papers of James Clerk Maxwell, 2 vols. Dover Phoenix Editions. Dover Publications, Inc. Mineola, New York.
Tales cuestiones son de un orden de dificultad superior a las planteadas anteriormente, por lo que Maxwell comienza ofreciendo una respuesta provisional a partir de deducciones mecánicas. La misma hipótesis sobre los vórtices, es un modo un tanto inseguro de aproximarse al problema y revela falta de convicción en la explicación. En opinión de W. Berkson, se confirma esa vacilación al imaginar un extraño artificio mecánico capaz de explicar el fenómeno de la inducción electromagnética.
«El modelo mecánico del campo electromagnético de Maxwell es uno de los más imaginativos pero menos verosímiles que nunca se hayan inventado. (…) Continuamente atribuye a su modelo propiedades descabelladas, sin que quepa en cabeza humana que haya un sistema real que posea tales propiedades».
Berkson, W. (1981): 188. Las teorías de los campos de fuerza. Desde Faraday hasta Einstein. Alianza Editorial, Madrid.
El complejo artefacto fue sugerido por W. Thomson quien solía recurrir a analogías mecánicas. Así, Maxwell concibió el artilugio ilustrado en la Figura 9 (reproducción del dibujo original de Maxwell). Está formado por dos clases de piezas giratorias, unas mayores de forma hexagonal que representan «vórtices moleculares», cuyos ejes tienen la dirección de las «líneas de fuerza» (o sea perpendiculares al plano del dibujo); los rodillos, de menor tamaño, pueden girar libremente y están situados entre dos hileras de «vórtices» e impiden la fricción entre las piezas hexagonales, permitiendo el giro de los vórtices, que, de acuerdo con el convenio adoptado por su autor, unas giran en sentido contrario a las agujas del reloj (+) y otras a favor (-).

Modelo mecánico ideado por Maxwell que ilustra el fenómeno de la inducción magnética entre corrientes, representadas por hileras de esferas metálicas.
Sin entrar en mayores detalles sobre el significado simbólico del modelo, cabe preguntarse qué consistencia real le atribuía Maxwell. Es evidente que esa construcción era producto de su imaginación, aunque, según sus comentarios da la impresión de que no descartaba la posibilidad de que semejante ingenio formarse parte de la estructura microscópica de la materia. Así parece deducirse, al referirse al tamaño de los vórtices como «indeterminado pero probablemente muy pequeño comparado con el de una molécula completa de materia ordinaria», añadiendo en nota a pie de página:
«El momento angular del sistema de vórtices depende de su diámetro medio, de forma que si el diámetro fuera apreciable podríamos esperar que una barra magnética se comportase como si contuviese un cuerpo giratorio en su interior y así, podría ser detectada la existencia de esta rotación mediante experimentos sobre la libre rotación de una barra magnética. Yo he hecho experimentos para investigar esta cuestión, pero aún no he probado completamente el dispositivo»
Maxwell, J. C. (2003): vol. 1, pp. 485-6 . The Scientific Papers of James Clerk Maxwell, 2 vols. Dover Phoenix Editions. Dover Publications, Inc. Mineola, New York.
Maxwell está tan identificado con su modelo que trata de averiguar la realidad de los «vórtices» mediante la determinación experimental del «momento angular». Pero, a pesar de que el modelo es fruto de su creatividad, pretende aplicar el mismo método utilizado en mecánica para determinar el «momento angular» de un sólido material de dimensiones macroscópicas que gira alrededor de un eje fijo.

