>>>>SEGUNDA PARTE >>>>>>>>

Sin descartar otras razones, cabe pensar que el alejamiento (no ruptura) entre la física anterior al siglo XX y la física teórica actual tiene su raíz en los «Pincipios de Equivalencia» establecidos por Einstein en 1905. La adopción de dichos Principios impone en la física una nueva visión del mundo, alejada de la perspectiva propia de la física clásica. A partir de entonces, las nociones teóricas contenidas en el lenguaje matemático superan a los significados de las magnitudes físicas, y éstas acaban perdiendo su sentido original. Se debilita así la frontera entre la función conceptual de las magnitudes físicas y el papel instrumental de las matemáticas, que desde Galileo estuvo al servicio de la descripción física de la naturaleza.

En la física relativista de Einstein, los símbolos y relaciones matemáticas adquieren mayor protagonismo y acaban imponiendo criterios metodológicos que son ajenos a la física. También, la pretensión de construir una «teoría unitaria» impulsó el dominio de la «física de partículas», cuyo significado físico queda subsumido en intrincados desarrollos matemáticos.

Poro otro lado, la «física clásica» se construyó a partir de una variada observación experimental. Por el contrario la «física de partículas» sólo dispone de los resultados que obtiene en los aceleradores de partículas, como el «Large Hadron Collider» (LHC) del CERN.

El gran colisionador de hadrones (LHC.). Acelerador de partículas del CERN situado entre Francia, Suiza y Ginebra, en un túnel de 27 kms. de circunferencia y a 175 ms. de profundidad.

Esta situación impone una observación experimental mediatizada por la técnica y el propio diseño experimental, que invierte la dirección del proceso metodológico y antepone la teoría a la experimentación. Pues, primero se idean complejas teorías matemáticas, que «predicen» determinados resultados (como la «existencia» del «bosón de Higgs») y después se pretenden detectar, diseñando un experimento ‘ad hoc’. Así, el procedimiento se aparta del método científico habitual que fue practicado por eminentes físicos a lo largo de más de tres siglos. Actualmente, despierta algunas críticas autorizadas y entre otras las de algunos científicos que se oponen a la ampliación del proyecto impulsado por el CERN, que supondría una inversión económica cuantiosa sin resultados apreciables para el conocimiento científico.

Representación de la «radiación de fondo» formada por microondas electromagnéticas difundida por el universo. Descubierta en 1965 por A. Penzias y R. Wilson.

La situación actual de la «física teórica» compromete su futuro. Al día de hoy y al cabo de treinta años no se han recogido los frutos que los teóricos esperaban. Por lo que, ante tales fracasos, algunos científicos han mostrado su inquietud . En particular, la «teoría de cuerdas» con un amplio cortejo de sub-teorías no ha contribuido a despejar las dudas, sino más bien al contrario. Por lo cual, está justificado hablar de un cierto declive de la física que tiene su origen en la nueva metodología introducida, con el predominio del lenguaje matemático sobre el significado físico. La cuestión planteada exigirá un análisis más detenido. Y en los Capítulo 6 y 7 de esta Segunda Parte abordamos muy brevemente el inicio de la «física teórica». En el Capítulo 8, analizamos la relación entre la teoría y la realidad natural que describe. El Capítulo 9, se destina a explorar cuál es la visión del Universo que ofrecen las teorías físicas. Finalmente, en el Epílogo nos referimos a los límites del conocimiento científico.

6. ALBERT EINSTEIN

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