¿Ficciones o realidades?

El camino que conduce a la formulación teórica exige un dilatado esfuerzo, que suelen compartir varios investigadores. Pues la teoría científica no consiste en una mera acumulación de datos, sino que es el resultado de una elaboración racional singularmente creativa. Una teoría física posee una estructura orgánica cuyas partes se integran siguiendo un proyecto común. Este sistema conceptual es fruto del pensamiento innovador y de la aplicación del método científico.

Es oportuno plantear ahora qué tipo de conocimiento es posible obtener mediante las teorías. Se trata de cuestionar si es posible conseguir un verdadero conocimiento del mundo material. Y hasta qué punto las leyes científicas contribuyen a dar una comprensión definitiva de los fenómenos naturales, sobre los que pretende legislar.

En primer lugar, veamos cuál es la naturaleza de los «entes científicos» que maneja la teoría. Es decir, cuál es la consistencia de entidades físicas como: átomos, moléculas, partículas elementales; o bien otros más básicos como, espacio, tiempo, energía, etc. Son nociones definidas a partir de la experimentación y dentro del marco que determina la teoría. No han surgido de modo arbitrario, sino por la conveniencia de agrupar bajo el mismo término elementos observables que comparten determinadas propiedades. Así, la definición galileana de «momento mecánico» resulta de una elección -no arbitraria- que combina dos magnitudes diferentes: «longitud» y «fuerza». Es evidente que tal objeto, es decir, el «momento mecánico», así construido, no es observable, pues no es fruto de impresiones sensibles. Por tanto, no es posible detectarlo como se hace con los tales objetos materiales. No forman parte del mundo que percibimos por los sentidos, sino que, son fruto de la razón científica concertada con la observación sensible. Para el filósofo kantiano, Ernst Cassirer, los entes físicos, tales como, átomos, electrones, células, etc., constituyentes fundamentales de las ciencias experimentales, son construcciones del pensamiento que tienen una base experimental.

«Los conceptos con los que opera [el físico], los conceptos espacio y tiempo, masa y fuerza, punto material y energía, átomo y éter, son meras ‘ficciones‛ ideadas por el conocimiento para dominar el mundo de la experiencia sensible y considerarlo como un mundo legalmente ordenado».

Cassirer, E. (1998): vol. 1, pag. 26. Filosofía de las Formas Simbólicas. Fondo de Cultura Económica, México. 3 vols.

Precisemos que esas «ficciones» no pueden tomarse como productos de la simple imaginación, ya que se han formado a partir del sustrato que brindan las sensaciones procedentes del mundo empírico. Las entidades que manejan las teorías científicas son fruto de una atenta reflexión que indaga y examina los hechos percibidos. En consecuencia, descartada su constitución material, es razonable preguntarse si es posible atribuir a dichas entidades algún tipo de «existencia» real.

Ernst Alfred Cassirer (Breslavia, 1874 – Nueva York, 1945). Filósofo de origen prusiano, de pensamiento neokantiano según la escuela de Maburgo. Ejerció la docencia en la Universidad de Hamburgo, especializado en gnoseología y epistemología, dentro del idealismo crítico. Entre sus libros destaca “Filosofía de las formas simbólicas”.   

Como productos del pensamiento se trata de entes abstractos. Así, por ejemplo, el «cuerpo rígido» de la dinámica; el «gas perfecto» de la termodinámica, el «cuerpo negro» de la radiación o el «agente racional» de la teoría económica y aquellos que nacen de una definición son abstracciones o idealizaciones construidas a partir de la observación experimental. Por tanto, los objetos idealizados, como tales, no poseen el mismo tipo de existencia que comparten los seres que se observan en el mundo, como los árboles o las nubes.

Ahora bien, a partir de esas ideaciones se deriva cierto grado de conocimiento. Al menos, de carácter práctico u operativo, pues, de hecho, los desarrollos teóricos basados en esas entidades conducen a aplicaciones técnicas que prueban que existe una conexión con la realidad experimental; no son meras ficciones producidas por la imaginación, como las ficciones literarias. Los objetos científicos son elaboraciones abstractas del pensamiento de una categoría diferente a las narraciones imaginadas. La ciencia extrae información de la naturaleza y la expresa mediante un lenguaje simbólico riguroso. A este respecto, es oportuno mencionar al premio Nobel de física Erwin Schrödinger (1887 – 1961), que se refiere a la naturaleza simbólica de las «partículas» y de las «ondas de probabilidad», en los siguientes términos:

«Sin duda es útil recordar de vez en cuando que todos los modelos cuantitativos o imágenes de la física son, epistemológicamente, tan sólo construcciones matemáticas para computar los hechos perceptibles; pero yo no veo que esto se aplique más a las ondas de la luz que, por ejemplo, a las moléculas de oxígeno».

Schrödinger, E. (1975): 169. ¿Qué es una ley de la naturaleza? Fondo de Cultura Económica. México.
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