Aplicación general del método
El método científico no es sólo un medio útil para resolver problemas de mecánica. Como hemos señalado, Galileo investigó muchos otros fenómenos terrestres y celestes. Todos estos esos descubrimientos y observaciones manifiestan una visión física del mundo que rompe con la tradicional ciencia aristotélica. La actitud intelectual de Galileo se aleja claramente de esas teorías filosóficas y se caracteriza por la capacidad de intuir aquellos rasgos que pueden ser expresados en un lenguaje geométrico. Demuestra con hechos, que la estructura de la naturaleza puede ser descrita y comprendida mediante las matemáticas, dando con ello un paso crucial para sentar las bases de la mecánica newtoniana.
Se puede concluir que el método galileano tuvo éxito por dos razones. Primero por que introdujo la práctica habitual de la observación experimental como un elemento clave de la investigación. En segundo lugar, la utilización de las matemáticas (geometría, álgebra, etc. ) fue determinante para construir un lenguaje preciso, tal como requería el método. Se comprende que Aristóteles descartase el uso de la geometría para la descripción del universo. Pues los seres naturales poseen propiedades cualitativas, las cuales no pueden ser explicadas por las matemáticas, ya que éstas se ocupan sólo de la cantidad, que es algo estático e inmóvil; incapaz de describir el cambio natural. En consecuencia, el estudio científico de la naturaleza exige realizar una reducción ontológica. Es decir, prescindir mentalmente de aquellos rasgos que no puedan ser reducidos a números, mediante instrumentos y operaciones de medida.
«El variable mundo sensible ha de ser explicado pero no inmovilizado, matematizado; las diferencias cualitativas no pueden ser convertidas en meras diferencias geométricas. La movilidad pertenece al orden sensible, la inmutabilidad y la necesidad al orden racional. Y la movilidad no puede ser reducida a la inmovilidad en la medida en que lo sensible no se diluye en lo racional»[2].
La solución metodológica que aportó Galileo no consistió en reducir la física a la geometría, sino en utilizar de modo instrumental el lenguaje geométrico con un contenido semántico que hace referencia al mundo físico. Hay que tener en cuenta que los fenómenos físicos, tal como se presentan a nuestros sentidos, deben ser adaptados para darles forma matemática, lo cual precisa una previa idealización. La descripción de los fenómenos naturales en términos del lenguaje matemático no se hace directamente a las observaciones, sino al modelo ideal.
[1] Galileo (1968): vol. 8, p. 202.
[2]A. Rioja (1984): 13.


Ilustración aristotélica del Cosmos con la Tierra en su centro y los planetas situados en esferas concéntricas.
En resumen, la solución metodológica aportada por Galileo no consistió en reducir la física a la geometría, sino en utilizar el lenguaje geométrico como un instrumento para describir mediante símbolos el mundo natural. Los fenómenos físicos, tal como se presentan a nuestros sentidos, deben ser idealmente adaptados para darles forma matemática.
Los términos del lenguaje natural son expresión de conceptos que hacen referencia a entes reales. Las magnitudes, como masa, velocidad, carga eléctrica, etc., expresan conceptos físicos que son previamente definidos partiendo de la observación experimental. No son, pues, los conceptos físicos, el resultado de una creación arbitraria, sino una construcción sometida a ciertos requisitos; entre ellos, que sean útiles para la construcción de teorías experimentalmente verificables.
3. NEWTON

