Teorías de principios

La segunda clase de teorías según la clasificación de Einstein corresponde a las «Teorías de Principios», cuya definición es la siguiente:

«Estas teorías no utilizan el método sintético, sino el analítico. Su punto de partida y sus fundamentos no son constituyentes hipotéticos, sino propiedades generales de los fenómenos observados empíricamente, principios, a partir de los cuales se deducen unas fórmulas matemáticas que luego son aplicables a cualquier caso que se presente».

Einstein, A. (2005): 130. Albert Einstein. Introducción, selección y edición: J.M. Sánchez-Ron. Crítica, Madrid.

Dentro de esta clase, se encuentra la Termodinámica. Esta teoría se construye por deducción a partir de un «Principio Fundamental», que se asienta sobre un hecho empírico universalmente reconocido, a partir del cual se deducen el resto de los enunciados particulares.

El rasgo dominante de esta segunda clase es el predominio de la capacidad deductiva, sustentada en el lenguaje matemático. Salvo los principios fundamentales que tendrán un origen empírico inequívoco, el resto del desarrollo teórico se obtendrá por deducción operativa. Este último tipo de teorías era preferido por Einstein, desde su juventud, aunque también realizó importantes descubrimientos experimentales. Así, por ejemplo, el «movimiento browniano» o el «efecto fotoeléctrico». Pero, su gran admiración por las matemáticas, le inclinó a la formulación teórica, que se muestra especialmente en las teorías especial y general de la relatividad.

En uno de los artículos más divulgados Time, Space and Gravitation, Einstein escribió:

«La teoría de la relatividad es una teoría de principios. Para comprenderla, se han de entender los principios en los que se basa. Pero, antes de enunciar estos principios, es necesario señalar que la teoría de la relatividad es como una casa con dos pisos separados: la teoría especial de la relatividad y la teoría general de la relatividad».

Einstein, A. (1919): 13-14. Citado en Einstein (2005): 130.
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